Epitafio para apagar el aburrimiento y salir a la calle

La ira y el enamoramiento nos dejaba las líricas más bellas . Observé como el chaleco de protección, aguantaba la destrucción y las señales me evidenciaban que en ese instante no me equivocaba, tiraba el oraculo para ver si me callaba, pero me salía la carta de la muerte, que me decía que hablara, que mostrara como todas sabemos utilizar esas armas y que no pasaba nada, no utilizar el sufrimiento como el aliento de vida, era solo una decisión.
Su capacidad de autocritica nula, su falsedad a la hora real de replantearse los roles de poder, replanteando solo los de los demás, habiendo sido tal vez una de las participaciones/interacciones sinceras existentes, ahora había pasado a ser el espectador naif, y lo que veía era tremendamente aburrido, un ser letárgico pudriéndose en su propia autocompasión y a la vez pidiendo auxilio desesperadamente, ahora ya no había nada radical en teñirse el pelo y hacerse pajas en una estación de tren grabando vídeos de artista, eso eran solo cliches: productos y herramientas de las sociedad patriarcal , la lucha social estaba en otro lugar, incapaz de producir un pensamiento nuevo empoderado de si mismo, de su propia rutina aburrida, un ser incapaz de recibir su propio ataque en sus visceras, era un ser tan desarmable, que por un instante, casi sentí pena, menos mal que no soy una persona compasiva, lo apagué y miré para otro lado, hacia las calles llenas de gente vestida de blanco, esperando sin expectativas que un día me desbordara su emoción salvaje salida de sus entrañas y no una autoconstruida en un molde obsoleto que lo aprisionaba.